¡Dios es inmensamente rico! ¡Su inteligencia y su conocimiento son tan grandes que no se pueden medir! Nadie es capaz de entender sus decisiones, ni de explicar sus hechos. Como dice la Biblia:
«¿Sabe alguien cómo piensa Dios?
¿Puede alguien darle consejos?
Romans 11:33–34