No des lugar al enojo
ni te dejes llevar por la ira;
eso es lo peor que puedes hacer.
Los malvados serán destruidos,
pero los que esperan en Dios
recibirán la tierra prometida.
Dentro de poco no habrá malvados;
podrás buscar y rebuscar,
pero no encontrarás uno solo.
En cambio, la gente humilde
recibirá la tierra prometida
y disfrutará de mucha paz.
Psalm 37:8–11