Siempre doy gracias a mi Dios, al acordarme de ustedes; y cuando oro, siempre pido con alegría por todos, porque me ayudaron a anunciar la buena noticia desde el primer día que la oyeron hasta ahora. Dios empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva.
Está bien que yo piense así de todos ustedes, porque los quiero mucho, y porque ustedes comparten conmigo el trabajo de amor que
Philippians 1:3–7