Después de esto, los siguientes ayudantes de los sacerdotes ayudaron al pueblo a entender la ley de Dios:
Josué, Baní, Serebías, Jamín, Acub, Sabtai, Odías, Maaseías, Quelitá, Azarías, Jozabad, Hanán, Pelaías.
Ellos leían y traducían con claridad el libro para que el pueblo pudiera entender.
Nehemiah 8:7–8