Ese mismo día, Judas Iscariote, que era uno de los doce discípulos de Jesús, fue a ver a los sacerdotes principales y les dijo: «¿Cuánto me pagan si los ayudo a atrapar a Jesús?»
Ellos le ofrecieron treinta monedas de plata. Y desde ese momento, Judas buscó una buena oportunidad para entregarles a Jesús.
El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron:
—¿Dónde quieres que preparemos
Matthew 26:14–30