»Luego les diré a los malvados: “¡Aléjense de mí! Lo único que pueden esperar de Dios es castigo. Váyanse al fuego que nunca se apaga, al fuego que Dios preparó para el diablo y sus ayudantes. Porque cuando tuve hambre, ustedes no me dieron de comer; cuando tuve sed, no me dieron de beber;
Matthew 25:41–42