El pueblo de Israel continuó su oración:
«¡Dios nuestro,
cómo quisiéramos
que abrieras el cielo y bajaras,
haciendo temblar las montañas
con tu presencia!
Así tus enemigos te reconocerían
como el único Dios.
»¡Cómo quisiéramos
que bajaras como el fuego
que hace hervir el agua
y quema la paja!
Así las naciones temblarían ante ti.
»Tus terribles hechos
nos dejaron sorprendidos;
por eso hasta las montañas
temblaron ante ti.
»Jamás se ha escuchado
ni se ha visto que otro
Isaiah 64