Cuando eso suceda, tengan cuidado de no hacer lo que esos pueblos hacían, ni adoren a los dioses que ellos tenían. No se les ocurra hacer tal cosa, porque a Dios le repugna la manera en que esos pueblos adoran a sus dioses. ¡Hasta queman a sus propios hijos en sus altares! Por lo tanto, cumplan todos estos mandamientos, sin quitarles ni añadirles nada.
Deuteronomy 12:30–32