No hay duda de que es muy profunda la verdad de la religión cristiana:
Cristo vino al mundo como hombre.
El Espíritu lo declaró inocente.
Los ángeles lo vieron.
Su mensaje se anunció
entre las naciones,
y el mundo creyó en él.
Fue llevado al cielo
y Dios lo colmó de honores.
1 Timothy 3:16